¡Oh, Señor, te alabaremos con todo el corazón y le contaremos a todo el mundo las maravillas que haces! Nos alegraremos, sí: por ti estaremos llenos de gozo. Cantaremos tus alabanzas, oh Altísimo.
¡Dios! ¡Mira, enemigos sin número se han levantado contra Guatemala; brotan por todos lados! Multitudes de ellos a nuestro alrededor que se burlan diciendo, “¡Já, nadie los ayudará, son caso perdido!” ¿Cómo se atreven nuestros enemigos a decir “Huye”, si nosotros confiamos en el Señor?
Los malvados están prestos para atacar a la nación. “La ley y el orden se han derrumbado”, se nos dice. “¿Qué pueden hacer los justos sino huir?” Ah, pero el Señor está en su Santo Templo; aún reina desde el cielo y observa atentamente cuanto ocurre aquí en Guatemala. Tú, Señor, eres escudo alrededor de nosotros, del departamento de Guatemala y sus municipios, volcanes, montañas, cerros, el lago de Amatitlán, ríos y su gente. Tú afirmas nuestros pasos y levantas nuestra cabeza en alto; con todas nuestras fuerzas alzamos la voz a Dios y Él responde poderosamente desde su santo monte. Podemos descansar en tus promesas y pararnos osadamente delante del enemigo, sean cuantos fueren. ¡Arriba, Señor! ¡Pelea por nosotros! ¡La salvación de Guatemala es del Señor! ¡Qué gran gozo da a todos su pueblo!
Nuestros enemigos espirituales retrocederán y perecerán en tu presencia; Tú nos has vindicado, has respaldado nuestras oraciones, declarándolas buenas desde tu santuario. Él vive eternamente, y está sentado en su trono para juzgar rectamente a Guatemala. Él es nuestro refugio en tiempos de tribulación. Todos los que conocemos tu misericordia estamos seguros porque Tú jamás has abandonado a quienes en ti confían.
Oh, Señor, levántate, juzga y castiga a los enemigos espirituales de Guatemala. Oramos por las vidas de los hombres y mujeres que se oponen a tu Palabra y a tu voluntad para este departamento –y, por ser la capital—para la nación entera. Con la autoridad del nombre de Jesucristo oramos que sean quitadas las vendas de ceguera que les impiden ver al Mesías y que sus corazones de piedra sean quitados y cambiados por corazones de carne, sensibles al Espíritu Santo. Trae gran salvación a la capital de Guatemala, sopla sobre el valle de Guatemala que está lleno de huesos secos, Espíritu Santo, sopla vida y aliento y vivirán.
Perdónanos por ser un pueblo de dura cerviz, voluntarioso, insolente a ti. Hoy nos humillamos arrepentidos por querer vivir nuestras vidas alejados de tu poderosa mano, ignorando tu Palabra. Líbranos de la muerte. Lo que el enemigo había planeado para mal, para destrucción y muerte en nuestro país, sea tornado en liberación y el terremoto sea más bien un terremoto espiritual que sacuda al reino de las tinieblas sobre Guatemala, destruyendo para siempre su asidero en nosotros, nuestra sociedad, nuestra nación.
Atamos y declaramos ilegal la presencia de los espíritus de religiosidad, muerte, mentira y engaño al departamento de Guatemala. Los echamos fuera del territorio nacional para siempre. Cerramos las puertas espirituales que habían estado abiertas para permitirles el acceso y te pedimos, Señor, que envíes ángeles a que acampen alrededor de la nación, impidiéndoles su retorno, en el nombre de Jesús.
Derrama espíritu de gracia y de oración en el departamento de Guatemala para que como capital de la nación vayamos delante en oración y ruego, abriendo brecha, barriendo el camino y allanando la calzada hasta que la nación entera vea tus poderosos hechos. En ti y en tu misericordia pondremos siempre nuestra confianza y nos gozaremos en la salvación que nos has dado. Tú conoces el anhelo de nuestro corazón; ciertamente Tú escucharás nuestros clamores y consolarás nuestro corazón y nos ayudarás. En el nombre de Jesús, Amén.
Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.