Te alabamos, bendito Dios. Tú eres el Creador de los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; Tú hiciste la tierra y creaste sobre ella al hombre. Tú eres Dios justo y Salvador; ningún otro hay fuera de ti. Bendecimos a Alta Verapaz, con sus municipios; bendecimos, asimismo las vidas de los poqomchi’es, los ladinos o mestizos, los k’iche’s y los q’eqchi’es que habitan en este departamento. Padre, tú que les amas y les estableciste en esta tierra, haz tu obra de redención en esta tierra.
En el nombre de Jesús declaramos que Alta Verapaz es tierra escogida y bendita, la llamamos bienaventurada y libre de toda opresión y de toda maldición que haya sido puesta sobre ella desde tiempo atrás. Desarraigamos hoy toda tradición y rito, todo pacto y ofrecimiento hecho a dioses que no son el Dios verdadero. Atamos, arruinamos, derribamos y destruimos todo pacto hecho con K’ek o con Tzultak’a, mal llamado señor de los cerros, y en su lugar profetizamos que Jehová establece su señorío en todo el territorio altaverapacense: valles, barrancos, ríos, lagunas, cerros, sierras, montañas y sus habitantes. Él, Jehová, es Señor de los valles y de los montes y fuera de Él no hay dios. Atamos y cancelamos todo poder espiritual invocado por medio del paabanc; atamos y echamos fuera de Alta Verapaz el espíritu inmundo que produce sincretismo en la población y en su lugar oramos que los hombres y mujeres de Alta Verapaz son fieles, firmes y constantes, no titubean ni son tibios en su fe, sino permanecen bien cimentados en la Palabra que es Cristo.
Oramos que el Espíritu Santo sopla sobre todo el territorio y trae vida y bendición sobre toda su gente. Confesamos que los altaverapacenses no son engañados por el enemigo de sus almas por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo. Oramos que las tradiciones ancestrales de este departamento no pueden compararse con la verdad de Dios, por lo que confesamos que cada vez que la Palabra es predicada en esta tierra, produce fruto abundante de salvación en los que la escuchan.Declaramos ilegal, estéril y desarticulado todo plan del enemigo para mantener cautiva, ciega y empobrecida a la gente de Alta Verapaz por medio de ritos mágicos y religiosos, cofradías y pactos hechos con deidades que no son el Dios verdadero. Sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: a su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y la vida eterna. Oramos profetizando bendición, paz y libertad al pueblo altaverapacense en el nombre de Jesús. Desatamos sobre todo el territorio la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta sobre sus vidas, que es que ellos se sepan amados por Dios para que tengan una vida próspera en todo como prosperan sus almas al ser renovado su entendimiento por medio de la Palabra.
Señor, oramos que ese celo con que han preservado sus tradiciones, sea sustituido por celo para perseverar en la Verdad que es Jesucristo; que sean hombres y mujeres osados y valientes en la predicación en su idioma y que las señales, milagros y prodigios les sigan como resultado de tu respaldo hacia tu Palabra en sus labios. Padre, preserva en ellos aquello que enriquezca a la nación y bendiga a la población, pero desarraiga y quita todo aquello que les dañe espiritual y físicamente. Gracias porque aunque esta tierra fue conocida en un tiempo por ser tierra de guerra (o Tuzulutlán), por años se ha confesado que es tierra de la Verdadera Paz. Sí, confesamos que Jehová Shalom viene a este departamento y trae la paz que sobrepasa todo entendimiento a sus habitantes. En el nombre de Jesús, Amén.