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Sololá

Bendito sea el Señor, de eternidad a eternidad. Bendito el Señor quien cada día colma de beneficios a Sololá. Él es el Dios de su salvación. Bendecimos sus municipios, los volcanes Atitlán, Tolimán, San Pedro, Zunil, el Pico de Santa Clara, el cerro de Oro y el cerro Tamalaj; bendecimos el lago de Atitlán y los ríos Nahualate, Madre Vieja, Coyolate y Mocá.

Hoy oramos por la población de Sololá, los k’iche’s, kaqchikeles, tz’utujiles y los ladinos. Clamamos que hay unidad, armonía y respeto entre todos ellos. Oramos que el soplo del Espíritu Santo trae sobre todos los sololatecos un mismo sentir, aliento de vida y de esperanza. Atamos al espíritu inmundo detrás del xocomil en el lago de Atitlán y lo echamos fuera del territorio nacional, en el nombre de Jesús. En su lugar, oramos que como en Pentecostés, cuando estaban unánimes juntos, repentinamente vino del cielo un estruendo como de viento recio que sopló y llenó toda la casa y aparecieron las llamas de fuego sobre cada uno, llenándolos del Espíritu Santo, así sea lleno todo el territorio de Sololá con la presencia del Espíritu Santo, con manifestaciones gloriosas del poder de Dios. Espíritu Santo, sopla y purifica todo el territorio, no solamente sobre el lago de Atitlán; Jesucristo, establece Tu señorío allí, pues sólo Tú que eres Dios verdadero y eterno que puedes quitar los pecados y borrarlos para siempre.

Te agradecemos por el fruto del trabajo de los sololatecos; hazlos hábiles y prósperos en sus cultivos, ganadería, artesanías, en el sector turístico, etc. Oramos que los cielos sean abiertos sobre este territorio, para que sea claramente visible que la prosperidad viene de ti y no de ídolos o de dioses que no son Jehová. Clamamos por la vida de los hombres y mujeres que conforman y fomentan las hermandades y las cofradías. Oramos que sean libres de la influencia de los espíritus inmundos que buscan adoración a través de estos ritos. Padre, revela lo que está oculto; oramos quitando la venda de ceguera y clamamos que la Palabra que ha sido predicada en este territorio por tanto tiempo, que las oraciones que el Cuerpo de Cristo en Sololá ha presentado a favor de su gente, produzcan fruto de salvación en este tiempo, en el nombre de Jesús.

Atamos a la potestad y al espíritu inmundo de Maximón en Santiago Atitlán. El Creador de los cielos y la tierra es el único Señor dador de vida y el único que hace germinar la tierra. Padre Santo, te pedimos que tengas misericordia de los habitantes de Sololá y que, en lugar de que los turistas vengan a promover, patrocinar y admirar estas actividades idólatras, Tú hagas de los sololatecos poderosos evangelistas que sean exportadores de la Verdad. Conviértete Sololá, entresaca lo precioso de lo vil y serás como la boca del Señor. Conviértanse tus visitantes a tu Dios Jehová y no tú a ellos.

Atamos al espíritu de religiosidad y le ordenamos que suelte las vidas de los hombres y mujeres que ha mantenido cautivos por generaciones a base de pactos, mentiras y engaños. Oramos y atamos a los espíritus guías que habían sido asignados a los hombres y mujeres sololatecos como resultado de la brujería, hechicería y el shamanismo. Oramos por los varones en Sololá y los declaramos libres del nahualismo, de los espíritus llamados characoteles, los reprendemos en el nombre de Jesús. ¡Los atamos hoy en el nombre de Jesús! Sea rota toda línea de comunicación entre estos espíritus inmundos y los ancianos rezadores tz’utujiles, kaqchikeles y k’iche’. Oramos que la presencia del Señor en Sololá trae libertad a sus vidas y los libra del lazo que Rajawal Ruwach’uleu les había tendido. No están más sujetos al “dios mundo”, pues Jehová es Dios y Él hizo nacer los montes y formó la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo. Jesús vino para libertarlos de la esclavitud de los rudimentos del mundo y de la ley, para que reciban la adopción de hijos. Así que, sololatecos, ya no son más esclavos, sino hijos y si hijos, también herederos de Dios por medio de Cristo.

Oye, Sololá, el Señor tu Dios te tomará y esparcirá sobre tus habitantes agua limpia y serán limpiados de todos sus pecados y de todos sus ídolos los limpiará. Les dará un corazón nuevo y pondrá espíritu nuevo dentro de ustedes, quitará su corazón de piedra y les dará un corazón de carne. Y pondrá en los sololatecos de su santo Espíritu y hará que anden en sus estatutos y guarden sus preceptos para ponerlos por obra. Sí, sí habitarán en la tierra que Él les dio a sus padres, pero ahora, todos los sololatecos serán su pueblo y el Todopoderoso será su Dios. Jesús es Señor de Sololá, Amén.

(Sal. 68:19; Jer.15:19; Sal. 90:2; Gá. 4:3, 5, 7)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Santa Rosa

Gracias por haber puesto tus ojos sobre Guatemala, bendito Señor. Te agradecemos por inclinar tus oídos a nuestro clamor por esta tierra que Tú amas y que has escogido para hacer manifiesta tu buena voluntad. Hoy presentamos delante de ti al departamento de Santa Rosa, bendecimos sus municipios, el río Los Esclavos, volcanes Tecuamburro, Jumaytepeque, Cerro Redondo, Cruz Quemada, lagunas Ayarza, El Pino, Ixpaco y la laguneta La Palmilla; la Sierra Madre, el canal de Chiquimulilla, su costa al Pacífico y a sus habitantes (descendientes de los xincas, pipiles y nahuas).

Oramos por Cuilapa “el ombligo de América” por encontrarse en el centro del continente americano. Bendecimos su tierra (la agricultura, ganadería, agroindustria, minerales) y declaramos que todo el territorio es regado por el Agua de la Palabra, trayendo purificación, justificación y salvación a sus habitantes. Haz germinar las semillas de la Palabra que han sido pronunciadas sobre este territorio por hombres y mujeres que Tú, Señor, has levantado para interceder. Trae la cosecha abundante de almas que has prometido a toda Guatemala y que Santa Rosa sea totalmente transformada para la gloria y honra de Tu nombre.

Oramos por Casas Viejas, Los Cerritos, el Ujuxte y Santa Clara en Chiquimulilla; Ixpacó en Pueblo Nuevo Viñas; Arada Nueva en Oratorio; el Jobo y Tacuilula en Taxisco, todos ellos sitios arqueológicos de importancia histórica, pero lugares en donde no se exaltaba el nombre de Dios como el Creador de todo lo que existe. Sana la tierra y redímelos de la maldición de la idolatría.

Clamamos que sean libres de los lazos que el enemigo ha tendido sobre su tierra, que la Palabra que ha sido predicada en este departamento, produce fruto de salvación en ellos, de manera que al conocer la Verdad, ellos sean verdaderamente libres. Bendice a la Iglesia en Santa Rosa, hazla crecer fuerte y poderosa, bien concertada y unida, con una misma visión de victoria para el nombre de Jesucristo. Que la Palabra que prediquen sea seguida por las señales, milagros y prodigios que confirman rotundamente que sólo Jesús es Señor y que no hay Dios como el Dios nuestro.

Señor, los ancianos de Santa Rosa afirman que los xincas tienen la potestad de hablar con la naturaleza, pero hoy declaramos que en lugar de hablar con la creación, ellos tienen un encuentro con el Creador mismo, quien les abre los ojos y les atrae hacia Sí haciéndolos Suyos por el gran amor con el que les ama.

Bendita tierra de Santa Rosa, Jehová acampa alrededor de ustedes y les defiende. Haga descender sobre ustedes el Señor espíritu de gracia y de oración para clamar al Dios vivo y ser luz a donde quiera que vayan. Que su influencia y autoridad en la Palabra sea tan grande que se extienda hasta la frontera con El Salvador y sus alrededores proclamando que Jesús es Señor de Santa Rosa.

Amén.

(He. 2:4; Jn. 8:32; Zac. 12:10; Sal. 34:7)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Quetzaltenango

Padre, hablamos tu Palabra sobre Quetzaltenango, sabiendo que no volverá a ti vacía:

«Y [en Quetzaltenango] me serán por pueblo y yo seré a ellos por Dios; y les daré un corazón y un camino para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos y sus hijos después de ellos; y haré con ellos pacto eterno y no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de [los quetzaltecos], para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos, haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad de todo mi corazón y de toda mi alma. He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad.»

Bendecimos a los municipios de Quetzaltenango, a sus habitantes y a toda la extensión territorial (cielos, agua, tierra). Tú eres el Hacedor de Quetzaltenango. Padre, como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación, clamamos que perdones al pueblo quetzalteco porque a lo largo de la historia nacional han sido un orgulloso, rebelde e idólatra. Oramos cancelando el poder de esos espíritus inmundos sobre la vida de sus habitantes (mam, k’iche’ y ladinos), los atamos y los echamos fuera, en el nombre de Jesús. Te pedimos que la semilla incorruptible de la Palabra de Dios, que ha sido predicada en esta tierra, germine y produzca fruto abundante, hasta para mil generaciones.

Hasta ahora, los ojos espirituales de una gran parte de su población estaban vendados a la Verdad y por ello, engañados erigieron el madero como su ídolo y rogaron a un dios que no salva. ¡Vuélvanse al Señor, el único y sabio Dios! Oramos que sus corazones duros se tornan en corazones sensibles y moldeables por el Espíritu Santo; ¡sean abiertos sus ojos a la Luz admirable! Entendemos que el culto a imágenes como Maximón y el rey San Pascual ha traído maldición a la tierra, que la masonería ha abierto puertas que conducen a caminos de tinieblas, vemos que el esperar que se levante Tecún Umán de entre el volcán Siete Orejas para pelear por su pueblo es una falsificación del verdadero Varón de guerra, Jehová es su Nombre. Peleamos la batalla en los aires a favor de Quetzaltenango, enviamos a tus poderosos ángeles a que acampen alrededor de esta tierra y la cuiden hasta el cumplimiento de tu buena, perfecta y agradable voluntad en medio de ellos. Ante Él se dobla toda rodilla y toda lengua confiesa que Él es señor de sus siete volcanes, en especial el Santa María y el Santiaguito, así como de sus valles, ríos y montañas.

Oramos y atamos declarando ilegal a todo espíritu inmundo que provoque la insurrección, rebelión, sublevación y la resistencia a las autoridades. ¡Fuera de Quetzaltenango y sus habitantes, en el nombre de Jesús! Jesús obtuvo las llaves de la muerte con Su resurrección y se las entregó a su Iglesia, así que con la certeza de saber quiénes somos en Cristo Jesús, cerramos permanentemente las puertas que les daban acceso a esta población. Declaramos que su presencia es ilegal y que debe salir por que Él sometió todas las cosas (lo que incluye a estos espíritus y todo nombre que se nombra) bajo Sus pies. Clamamos por la salvación de las autoridades en Quetzaltenango; clamamos que hacen lo recto delante de los ojos de Dios y lo glorifican con sus vidas.

Bendecimos la vida de los quetzaltecos, declaramos que son un pueblo valiente, poderosos intercesores y adoradores. Declaramos que sus ojos espirituales están abiertos para ser atalayas a favor de la nación y que sus palabras traen vida y salvación a su territorio y a la nación. ¡Gracias Señor por que tu mano se extiende con poder sobre Quetzaltenango para vida y testimonio!

Bendecimos el trabajo de las manos de los quetzaltecos: tejidos, cerámica, fabricación de instrumentos musicales (marimba doble), productos con madera, palma y metal; cerería, cuero, pirotecnia, agricultura, ganadería, etc. y declaramos que se levantan como una fuerza económica en el país y te dan a ti toda la gloria y la honra, amado Señor.

(Jeremías 32:38-41; 33:6; 1 Samuel 15:23; Jeremías 10:14; Isaías 45:20-21; Mateo 16:19; Apocalipsis 1:18; Efesios 1:22)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Jutiapa

Bendecimos el nombre del Señor, Santo y Poderoso. Él es el Sol de justicia que trae consigo la Salvación. Espíritu Santo, sopla sobre Jutiapa y glorifícate en medio de sus habitantes. Oramos por los municipios que lo conforman, sus costas, montañas y cuevas, ríos, lagunas, lagunetas, el lago Güija, volcanes, sus habitantes y la frontera con El Salvador.

Oramos que los jutiapanecos son un pueblo que ama a Guatemala. Levanta entre sus habitantes a hombres y mujeres que sean intercesores por la nación a fin de que el amor por Guatemala sea una realidad en la vida de toda su gente. Oramos que toda influencia de bendición proveniente de los pupulucas, pipiles y xincas que antes habitaron esta región de fruto abundante para sus habitantes; asimismo, cancelamos toda influencia y manifestación de raíces opuestas a la buena voluntad del Padre en Jutiapa. Cancelamos la herencia de los de Mictlán que habitaron la región que hoy ocupa Pasaco. Rompemos con la maldición proferida sobre esta tierra por años al haberla nombrado “lugar de los muertos” o “donde hay huesos humanos”. Oramos que la salvación llega a todo Jutiapa y sus habitantes son conocidos por la vida en abundancia –llena de gozo, alegría, paz, prosperidad, unidad—que el Señor les da.

Gracias por la producción agrícola de Jutiapa (maíz, frijol, maicillo, lenteja, caña de azúcar, tabaco, arroz, papa, yuca, ajonjolí, cebolla, henequén, maguey, chile, café, algodón, y diversidad de frutas), por sus artesanías, por el ganado vacuno, caballar, mular y porcino, por las salinas y la producción de productos lácteos.

Oramos por la vida de los hombres y mujeres (”colaboradoras“ o “capitanas” o “texeles”) que participan en los comités integrados para adorar imágenes en las fiestas patronales de las localidades. Hablamos que la venda de idolatría que el enemigo ha puesto sobre sus ojos es quitada y les resplandece la luz admirable de Jesucristo. Haz de los jutiapanecos hombres y mujeres poderosos en intercesión y oración, que las señales que siguen al mover del Espíritu Santo y la predicación de la Palabra sean vistas en Jutiapa: milagros, señales, prodigios para la honra y gloria de Dios Padre.

Clamamos por Jutiapa; oramos que son un pueblo que busca constantemente el rostro del Señor para conocer Su voz y seguirle. Son un pueblo sabio y entendido en los tiempos, los conocen porque Jehová se los revela. Ya no necesitan acudir a consejeros o cuenteros ni guías para recibir dirección, no. Cada jutiapaneco tiene una relación personal con el Salvador quien les libra, sana, bendice y fortalece en todas las áreas de sus vidas: familiar, laboral, educativa, social, económica, etc.

Sea establecido el Señorío de Jesucristo en Jutiapa, para bendición de sus habitantes y las generaciones por venir. Amén.

(Mal. 4:2; Jn. 10:10; Mt. 15:31)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.