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Zacapa

Padre Santo, gracias por el Departamento de Zacapa, lo bendecimos en el nombre de Jesús. Bendecimos a todos sus habitantes (ladinos y ch’orti’) en los municipios que lo conforman. Espíritu Santo, sopla sobre esta tierra, llega hasta los lugares más remotos y tócalos con tu presencia.

Oramos que los cultivos y sembradíos en Zacapa son para bendición y no para maldición. Declaramos que las plantaciones sembradas con fines de perdición en esta tierra (por ejemplo, de amapola, marihuana, etc.) se secan desde la raíz y mueren en el nombre de Jesús. Perdónanos por hacer mal uso de la tierra y acarrear tristeza y destrucción para tantas vidas siendo ruta para el tráfico de drogas, armas, precursores, lavado de dinero, etc. Sana la tierra de Zacapa, Señor. Abre los cielos sobre esta tierra y trae la lluvia temprana y tardía sobre ella. Oramos declarando que el desierto reverdece y toda la tierra de Zacapa es fértil y productiva. Señor, bendice la actividad productiva en este departamento. Haz que sea productivo el trabajo de las manos de los artesanos (los que trabajan en la talabartería, panadería, bordados y deshilados, cestería, trabajos en: jarcia, en piedra, cerámica; los que hacen quesos), ganaderos, agricultores, etc. para la honra y gloria de tu precioso Nombre, amado Señor.

Zacapanecos, gente conocida por su candor y franqueza al hablar, por la facilidad para fabricar cuentos e historias, oramos que el Señor toma esa facilidad para hablar y la utiliza para Su gloria haciendo de ustedes un pueblo de predicadores y evangelistas. Oramos declarando que el espíritu violento con que le enemigo les ha causado infamia, el Señor lo torna en celo por el Dios vivo, ahora sus ojos y oídos espirituales son abiertos para ver lo sobrenatural y guerrear contra principados, potestades, huestes, gobernadores en las regiones celestes y contra todo nombre que se nombra y ¡son victoriosos en el nombre de Jesús!

Declaramos ilegales a los espíritus de idolatría, división, contienda, rivalidad, machismo, alcoholismo, drogadicción, narcotráfico, asesinato, adulterio, violencia y desánimo sobre este departamento. Los atamos en el nombre de Jesús y profetizamos que la población se levanta en la libertad que Cristo compró para ellos en la Cruz. Trae sobre esta tierra paz, justicia, salvación, amor, respeto, comprensión… Espíritu Santo, haz manifiesto el fruto de tu presencia en medio de ellos. Oramos que la Palabra que hoy oramos y confesamos –unida a la que muchos hombres y mujeres han orado y confesado sobre esta tierra por años—produce la cosecha esperada de almas rescatadas de las garras del enemigo y renovadas por la preciosa Sangre de Jesús.

Zacapa, hablamos sobre ti que nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que eres bendita y tus muros son muros de fuego alrededor. Jehová va al frente y a tu retaguardia y a tus muros se les llama salvación y a tus puertas alabanza. ¡Adelante, Zacapa, levántate y corre a tu propósito eterno; el Señor está contigo!

Jesús es Señor de Zacapa, Amén.

Dt. 20:3-4; Is. 60:18; Gá. 5:22

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Sacatepéquez

Bendito eres tú, Dios de nuestra salvación, porque oyes la voz de nuestros ruegos, porque tú eres la roca y nuestro castillo. Padre Santo, gracias por el Departamento de Sacatepéquez; lo bendecimos en el nombre de Jesús. Bendecimos a todos sus habitantes (ladinos y kaqchiquel) en los municipios que lo conforman.

Te agradecemos por que has hecho provisión en tu amado hijo Jesucristo para que seamos libres del escarnecedor, del opresor y del engaño el maligno. Con la autoridad de Jesús, cuyo nombre es sobre todo nombre, atamos al espíritu inmundo de idolatría y religiosidad que se ha enseñoreado de la población por suficientes años. Lo atamos y lo echamos fuera del territorio de Sacatepéquez y del país de Guatemala, en el nombre de Jesús. Arrancamos la venda de ceguera y de religiosidad que el enemigo ha puesto sobre los habitantes de Sacatepéquez para que no les resplandezca la luz del evangelio. Señor, que los habitantes de Sacatepéquez no sean como los atenienses en Hechos 17 que, eran muy religiosos y supersticiosos, porque tenían muchos santuarios entre los que estaba uno dedicado AL DIOS NO CONOCIDO, a quien adoraban pero sin conocerle. Hoy les anunciamos que el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, cómo si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

Convenidos en el nombre de Jesús hacemos guerra espiritual en los aires en contra de la potestad de Santiago. Le decimos a los ídolos y a los dioses que no crearon los cielos ni la tierra: Siéntate en el polvo, sé molido como el lodo de la calle, sea derribado tu trono y echados por tierra todos tus planes y contrataciones con que maquinabas en contra de la Iglesia de Cristo y el país entero. Nosotros venimos en contra de todo principado y potestad y espíritu inmundo y sobre todo nombre que se nombra en este Guatemala y terminamos con toda la oposición. Dios Todopoderoso, destruye a nuestros enemigos espirituales. Padre, atamos a esos enemigos, los derribamos en el nombre de Jesús. Señor que todo enemigo espiritual que tenemos, que todo espíritu inmundo sea atado y confundido en el nombre de Jesús.

Venimos hoy a decirle a ese espíritu que no tiene más el derecho de sojuzgar a Sacatepéquez. Cancelamos todo pacto hecho con este demonio por nuestros antepasados. Arrancamos, arruinamos, derribamos y destruimos todo pacto, todo acto que le trae poder a este ídolo en este departamento y la nación de Guatemala. Cancelamos el poder de los espíritus inmundos de pobreza, idolatría, religiosidad, muerte, división y todo nombre que se nombra en los cielos y la tierra que hayan tenido permiso legal de actuar en esta tierra.

Revertimos toda maldición, especialmente la que provoca que los hombres y mujeres de Sacatepéquez estén cerrados al evangelio, las maldiciones habladas en contra del Cuerpo de Cristo y el Evangelio y las declaramos anuladas, canceladas, estériles, secas, sin frutos y les ordenamos que suelten a las personas, en el nombre de Jesús, para que las vidas de las personas estén abiertas al evangelio.

Proclamamos el evangelio de Cristo; plantamos y edificamos el señorío de Cristo en todo el territorio y profetizamos que toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. Proclamamos al norte, al sur, al este y al oeste que sólo Jesús es Señor, no hay otro Señor, solamente Cristo y solamente en El hay salvación. Ven Espíritu Santo y sopla de tu aliento de vida sobre todas estas personas y vivirán. Que esta tierra sea llena de tu gloria y que los hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños todos puedan ver con sus ojos la gloria de Dios descender sobre este lugar y que no solamente descienda, sino que permanezca. Proclamamos que Sacatepéquez es libertado de sus enemigos espirituales ¡por la espada de Jehová y la Sangre de Jesús! Amén.

Oramos que el fervor religioso que les caracteriza sea sustituido por un amor genuino y vivificante hacia la Palabra de Dios; les hablamos libertad para que sean abiertos sus ojos espirituales a la Verdad. ¡Bendigan a Jehová y no olviden ninguno de sus beneficios! Sacatepéquez, Él es el que perdona tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias y rescata del hoyo tu vida. Jehová es tu Pastor, Sacatepéquez, nada te faltará. En lugares de delicados pastos te hará descansar; junto a aguas de reposo te pastoreará.

Bendecimos el fruto del trabajo de los habitantes de Sacatepéquez (producción agrícola, pecuaria y artesanal). Oramos que la fuente de ingresos de Sacatepéquez –en particular de La Antigua Guatemala y San Felipe de Jesús–, a través del turismo sea para bendición de sus habitantes y no para perdición. Reprendemos a los espíritus inmundos de drogadicción, alcoholismo, idolatría, nueva era y perversiones sexuales que han querido establecerse en esta tierra, los atamos y echamos fuera, en el nombre de Jesús. En su lugar, oramos que los turistas que visitan esta tierra son ministrados por la innegable presencia del Espíritu Santo e invitan a Jesús a ser el Señor y Salvador de su vida.

(Hechos 17:22-25; Salmos 103:1-4; 85:10)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Ministerio de Educación

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia; por ello, hoy queremos rogarte, amado Padre celestial, que tengas misericordia de las autoridades a cargo del Ministerio de Educación en Guatemala. Oramos que sobre todas las personas responsables de la educación en Guatemala desciende el temor de Jehová para que busquen honrarte en todo lo que hagan y su trabajo resulte en bendición para la población guatemalteca.

 

El Artículo 75, del Capítulo 2 y Sección 4 de la Constitución Política de Guatemala dice que “La alfabetización se declara de urgencia nacional y es obligación social contribuir a ella. El Estado debe organizarla y promoverla con todos los recursos necesarios.” Si hasta las leyes de los hombres dictaminan que es de urgencia nacional la necesidad de la alfabetización, te pedimos que ilumines a las autoridades nacionales para que con toda diligencia dispongan sus corazones para realizar los esfuerzos necesarios a fin de hacer llegar la educación a todos los guatemaltecos.

 

Señor, te pedimos que el presupuesto nacional sea modificado en lo que respecta a la educación nacional para poner en marcha un plan bien estructurado a corto, mediano y largo plazo que erradique para siempre el analfabetismo en nuestra nación. Oramos que se abran los espacios para una reforma curricular con valores y sin sesgos.

 

Te pedimos que abras las puertas para que la educación sea accesible para todos, especialmente para las niñas y los niños en el interior de la República. Provee a las escuelas de recursos financieros, de capacitación, de maestros, del personal necesario, de alumnos, de padres de familia interesados y colaboradores, de aulas y mobiliario, de material didáctico, etc. para que nuestra población pueda tener acceso a una vida mejor.

 

Aunque es nuestro deseo ver que Guatemala sea una nación alfabetizada, te pedimos que hagas reposar sobre los guatemaltecos el Espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Sólo de esa manera podremos vivir la plenitud de vida que Jesucristo proveyó para cada uno de los guatemaltecos en la cruz del Calvario. En el nombre de Jesús, Amén.

 

(Proverbios 9:10; Josué 23:11; 1 Corintios 14:40; Isaías 11:2)