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Sololá

Bendito sea el Señor, de eternidad a eternidad. Bendito el Señor quien cada día colma de beneficios a Sololá. Él es el Dios de su salvación. Bendecimos sus municipios, los volcanes Atitlán, Tolimán, San Pedro, Zunil, el Pico de Santa Clara, el cerro de Oro y el cerro Tamalaj; bendecimos el lago de Atitlán y los ríos Nahualate, Madre Vieja, Coyolate y Mocá.

Hoy oramos por la población de Sololá, los k’iche’s, kaqchikeles, tz’utujiles y los ladinos. Clamamos que hay unidad, armonía y respeto entre todos ellos. Oramos que el soplo del Espíritu Santo trae sobre todos los sololatecos un mismo sentir, aliento de vida y de esperanza. Atamos al espíritu inmundo detrás del xocomil en el lago de Atitlán y lo echamos fuera del territorio nacional, en el nombre de Jesús. En su lugar, oramos que como en Pentecostés, cuando estaban unánimes juntos, repentinamente vino del cielo un estruendo como de viento recio que sopló y llenó toda la casa y aparecieron las llamas de fuego sobre cada uno, llenándolos del Espíritu Santo, así sea lleno todo el territorio de Sololá con la presencia del Espíritu Santo, con manifestaciones gloriosas del poder de Dios. Espíritu Santo, sopla y purifica todo el territorio, no solamente sobre el lago de Atitlán; Jesucristo, establece Tu señorío allí, pues sólo Tú que eres Dios verdadero y eterno que puedes quitar los pecados y borrarlos para siempre.

Te agradecemos por el fruto del trabajo de los sololatecos; hazlos hábiles y prósperos en sus cultivos, ganadería, artesanías, en el sector turístico, etc. Oramos que los cielos sean abiertos sobre este territorio, para que sea claramente visible que la prosperidad viene de ti y no de ídolos o de dioses que no son Jehová. Clamamos por la vida de los hombres y mujeres que conforman y fomentan las hermandades y las cofradías. Oramos que sean libres de la influencia de los espíritus inmundos que buscan adoración a través de estos ritos. Padre, revela lo que está oculto; oramos quitando la venda de ceguera y clamamos que la Palabra que ha sido predicada en este territorio por tanto tiempo, que las oraciones que el Cuerpo de Cristo en Sololá ha presentado a favor de su gente, produzcan fruto de salvación en este tiempo, en el nombre de Jesús.

Atamos a la potestad y al espíritu inmundo de Maximón en Santiago Atitlán. El Creador de los cielos y la tierra es el único Señor dador de vida y el único que hace germinar la tierra. Padre Santo, te pedimos que tengas misericordia de los habitantes de Sololá y que, en lugar de que los turistas vengan a promover, patrocinar y admirar estas actividades idólatras, Tú hagas de los sololatecos poderosos evangelistas que sean exportadores de la Verdad. Conviértete Sololá, entresaca lo precioso de lo vil y serás como la boca del Señor. Conviértanse tus visitantes a tu Dios Jehová y no tú a ellos.

Atamos al espíritu de religiosidad y le ordenamos que suelte las vidas de los hombres y mujeres que ha mantenido cautivos por generaciones a base de pactos, mentiras y engaños. Oramos y atamos a los espíritus guías que habían sido asignados a los hombres y mujeres sololatecos como resultado de la brujería, hechicería y el shamanismo. Oramos por los varones en Sololá y los declaramos libres del nahualismo, de los espíritus llamados characoteles, los reprendemos en el nombre de Jesús. ¡Los atamos hoy en el nombre de Jesús! Sea rota toda línea de comunicación entre estos espíritus inmundos y los ancianos rezadores tz’utujiles, kaqchikeles y k’iche’. Oramos que la presencia del Señor en Sololá trae libertad a sus vidas y los libra del lazo que Rajawal Ruwach’uleu les había tendido. No están más sujetos al “dios mundo”, pues Jehová es Dios y Él hizo nacer los montes y formó la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo. Jesús vino para libertarlos de la esclavitud de los rudimentos del mundo y de la ley, para que reciban la adopción de hijos. Así que, sololatecos, ya no son más esclavos, sino hijos y si hijos, también herederos de Dios por medio de Cristo.

Oye, Sololá, el Señor tu Dios te tomará y esparcirá sobre tus habitantes agua limpia y serán limpiados de todos sus pecados y de todos sus ídolos los limpiará. Les dará un corazón nuevo y pondrá espíritu nuevo dentro de ustedes, quitará su corazón de piedra y les dará un corazón de carne. Y pondrá en los sololatecos de su santo Espíritu y hará que anden en sus estatutos y guarden sus preceptos para ponerlos por obra. Sí, sí habitarán en la tierra que Él les dio a sus padres, pero ahora, todos los sololatecos serán su pueblo y el Todopoderoso será su Dios. Jesús es Señor de Sololá, Amén.

(Sal. 68:19; Jer.15:19; Sal. 90:2; Gá. 4:3, 5, 7)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Santa Rosa

Gracias por haber puesto tus ojos sobre Guatemala, bendito Señor. Te agradecemos por inclinar tus oídos a nuestro clamor por esta tierra que Tú amas y que has escogido para hacer manifiesta tu buena voluntad. Hoy presentamos delante de ti al departamento de Santa Rosa, bendecimos sus municipios, el río Los Esclavos, volcanes Tecuamburro, Jumaytepeque, Cerro Redondo, Cruz Quemada, lagunas Ayarza, El Pino, Ixpaco y la laguneta La Palmilla; la Sierra Madre, el canal de Chiquimulilla, su costa al Pacífico y a sus habitantes (descendientes de los xincas, pipiles y nahuas).

Oramos por Cuilapa “el ombligo de América” por encontrarse en el centro del continente americano. Bendecimos su tierra (la agricultura, ganadería, agroindustria, minerales) y declaramos que todo el territorio es regado por el Agua de la Palabra, trayendo purificación, justificación y salvación a sus habitantes. Haz germinar las semillas de la Palabra que han sido pronunciadas sobre este territorio por hombres y mujeres que Tú, Señor, has levantado para interceder. Trae la cosecha abundante de almas que has prometido a toda Guatemala y que Santa Rosa sea totalmente transformada para la gloria y honra de Tu nombre.

Oramos por Casas Viejas, Los Cerritos, el Ujuxte y Santa Clara en Chiquimulilla; Ixpacó en Pueblo Nuevo Viñas; Arada Nueva en Oratorio; el Jobo y Tacuilula en Taxisco, todos ellos sitios arqueológicos de importancia histórica, pero lugares en donde no se exaltaba el nombre de Dios como el Creador de todo lo que existe. Sana la tierra y redímelos de la maldición de la idolatría.

Clamamos que sean libres de los lazos que el enemigo ha tendido sobre su tierra, que la Palabra que ha sido predicada en este departamento, produce fruto de salvación en ellos, de manera que al conocer la Verdad, ellos sean verdaderamente libres. Bendice a la Iglesia en Santa Rosa, hazla crecer fuerte y poderosa, bien concertada y unida, con una misma visión de victoria para el nombre de Jesucristo. Que la Palabra que prediquen sea seguida por las señales, milagros y prodigios que confirman rotundamente que sólo Jesús es Señor y que no hay Dios como el Dios nuestro.

Señor, los ancianos de Santa Rosa afirman que los xincas tienen la potestad de hablar con la naturaleza, pero hoy declaramos que en lugar de hablar con la creación, ellos tienen un encuentro con el Creador mismo, quien les abre los ojos y les atrae hacia Sí haciéndolos Suyos por el gran amor con el que les ama.

Bendita tierra de Santa Rosa, Jehová acampa alrededor de ustedes y les defiende. Haga descender sobre ustedes el Señor espíritu de gracia y de oración para clamar al Dios vivo y ser luz a donde quiera que vayan. Que su influencia y autoridad en la Palabra sea tan grande que se extienda hasta la frontera con El Salvador y sus alrededores proclamando que Jesús es Señor de Santa Rosa.

Amén.

(He. 2:4; Jn. 8:32; Zac. 12:10; Sal. 34:7)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Sacatepéquez

Bendito eres tú, Dios de nuestra salvación, porque oyes la voz de nuestros ruegos, porque tú eres la roca y nuestro castillo. Padre Santo, gracias por el Departamento de Sacatepéquez; lo bendecimos en el nombre de Jesús. Bendecimos a todos sus habitantes (ladinos y kaqchiquel) en los municipios que lo conforman.

Te agradecemos por que has hecho provisión en tu amado hijo Jesucristo para que seamos libres del escarnecedor, del opresor y del engaño el maligno. Con la autoridad de Jesús, cuyo nombre es sobre todo nombre, atamos al espíritu inmundo de idolatría y religiosidad que se ha enseñoreado de la población por suficientes años. Lo atamos y lo echamos fuera del territorio de Sacatepéquez y del país de Guatemala, en el nombre de Jesús. Arrancamos la venda de ceguera y de religiosidad que el enemigo ha puesto sobre los habitantes de Sacatepéquez para que no les resplandezca la luz del evangelio. Señor, que los habitantes de Sacatepéquez no sean como los atenienses en Hechos 17 que, eran muy religiosos y supersticiosos, porque tenían muchos santuarios entre los que estaba uno dedicado AL DIOS NO CONOCIDO, a quien adoraban pero sin conocerle. Hoy les anunciamos que el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, cómo si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

Convenidos en el nombre de Jesús hacemos guerra espiritual en los aires en contra de la potestad de Santiago. Le decimos a los ídolos y a los dioses que no crearon los cielos ni la tierra: Siéntate en el polvo, sé molido como el lodo de la calle, sea derribado tu trono y echados por tierra todos tus planes y contrataciones con que maquinabas en contra de la Iglesia de Cristo y el país entero. Nosotros venimos en contra de todo principado y potestad y espíritu inmundo y sobre todo nombre que se nombra en este Guatemala y terminamos con toda la oposición. Dios Todopoderoso, destruye a nuestros enemigos espirituales. Padre, atamos a esos enemigos, los derribamos en el nombre de Jesús. Señor que todo enemigo espiritual que tenemos, que todo espíritu inmundo sea atado y confundido en el nombre de Jesús.

Venimos hoy a decirle a ese espíritu que no tiene más el derecho de sojuzgar a Sacatepéquez. Cancelamos todo pacto hecho con este demonio por nuestros antepasados. Arrancamos, arruinamos, derribamos y destruimos todo pacto, todo acto que le trae poder a este ídolo en este departamento y la nación de Guatemala. Cancelamos el poder de los espíritus inmundos de pobreza, idolatría, religiosidad, muerte, división y todo nombre que se nombra en los cielos y la tierra que hayan tenido permiso legal de actuar en esta tierra.

Revertimos toda maldición, especialmente la que provoca que los hombres y mujeres de Sacatepéquez estén cerrados al evangelio, las maldiciones habladas en contra del Cuerpo de Cristo y el Evangelio y las declaramos anuladas, canceladas, estériles, secas, sin frutos y les ordenamos que suelten a las personas, en el nombre de Jesús, para que las vidas de las personas estén abiertas al evangelio.

Proclamamos el evangelio de Cristo; plantamos y edificamos el señorío de Cristo en todo el territorio y profetizamos que toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. Proclamamos al norte, al sur, al este y al oeste que sólo Jesús es Señor, no hay otro Señor, solamente Cristo y solamente en El hay salvación. Ven Espíritu Santo y sopla de tu aliento de vida sobre todas estas personas y vivirán. Que esta tierra sea llena de tu gloria y que los hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños todos puedan ver con sus ojos la gloria de Dios descender sobre este lugar y que no solamente descienda, sino que permanezca. Proclamamos que Sacatepéquez es libertado de sus enemigos espirituales ¡por la espada de Jehová y la Sangre de Jesús! Amén.

Oramos que el fervor religioso que les caracteriza sea sustituido por un amor genuino y vivificante hacia la Palabra de Dios; les hablamos libertad para que sean abiertos sus ojos espirituales a la Verdad. ¡Bendigan a Jehová y no olviden ninguno de sus beneficios! Sacatepéquez, Él es el que perdona tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias y rescata del hoyo tu vida. Jehová es tu Pastor, Sacatepéquez, nada te faltará. En lugares de delicados pastos te hará descansar; junto a aguas de reposo te pastoreará.

Bendecimos el fruto del trabajo de los habitantes de Sacatepéquez (producción agrícola, pecuaria y artesanal). Oramos que la fuente de ingresos de Sacatepéquez –en particular de La Antigua Guatemala y San Felipe de Jesús–, a través del turismo sea para bendición de sus habitantes y no para perdición. Reprendemos a los espíritus inmundos de drogadicción, alcoholismo, idolatría, nueva era y perversiones sexuales que han querido establecerse en esta tierra, los atamos y echamos fuera, en el nombre de Jesús. En su lugar, oramos que los turistas que visitan esta tierra son ministrados por la innegable presencia del Espíritu Santo e invitan a Jesús a ser el Señor y Salvador de su vida.

(Hechos 17:22-25; Salmos 103:1-4; 85:10)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Retalhuleu

Padre Santo, gracias por el Departamento de Retalhuleu, lo bendecimos en el nombre de Jesús. Bendecimos a todos sus habitantes (ladinos, k’iche’ y kaqchikel) en los municipios que lo conforman.

Señor, aunque los retaltecos no te han buscado con todo su corazón y toda su mente, la tierra ha sido fértil y fructífera, ¡cuánto más lo será cuando se vuelvan a ti! Te agradecemos por la prosperidad que has traído a Retalhuleu a través de la ganadería, el turismo, el comercio y la agricultura; oramos que esta prosperidad no sea sólo para algunos, sino que todos los retaltecos puedan disfrutar de abundancia de provisión para llevar una vida decorosa y de bendición. Señor, te pedimos que hagas prosperar el trabajo de las manos de los retaltecos en sus artesanías (cestería, trenzas, sombreros, fabricación de escobas, de ladrillos de barro, instrumentos musicales, pirotecnia y herrería), en sus cultivos (cacao, caña, algodón, frutas, hule, café, etc.) y en sus labores diarias.

Sean rotas las cadenas de opresión y las ataduras de tinieblas sobre los habitantes de Retalhuleu, en el nombre de Jesús. Especialmente oramos que el Cuerpo de Cristo en este departamento sepa que es amado por Dios, que camine en salud divina y que sea prosperado en todo como prospera su alma. Perdona a los habitantes de Retalhuleu por la idolatría, por consultar a los curanderos y a los brujos en vez de acudir al Creador. Atamos a los espíritus inmundos de hechicería, brujería, chamanismo y adivinación en todo el departamento, pero en especial en San Martín Zapotitlán. Los declaramos ilegales, los prohibimos, los echamos fuera y declaramos que no vuelven nunca más.

Solamente Jesús es Señor de los ríos, valles, costas y todo el territorio de Retalhuleu. Aunque la tierra fue corrompida a causa de los lugares altos dedicados a los dioses que no crearon los cielos ni la tierra, hoy declaramos que los espíritus inmundos a los que les rendían culto en Abaj Takalik, San Juan Noj, La Tortuga y en todos los otros sitios consagrados como altares a baal, quedan sin poder porque enviamos a los ángeles de Jehová a que acampen en esos lugares, en el nombre de Jesús. La tierra es del Señor, por lo que con autoridad atamos y echamos fuera a estos espíritus inmundos. Declaramos que sus planes no prosperan, que son expuestos e invalidados, cancelados por la sangre de Jesús y para la gloria del Señor. Padre, oramos que extiendas tu poderoso brazo y rescates las vidas de los hombres y mujeres que el enemigo había utilizado para traer maldición a la tierra de Retalhuleu. Libra sus vidas de las tinieblas, provoca un encuentro de poder en el que rindan sus vidas a ti para ser instrumentos de redención para la población a la que tenían cautiva, en el nombre de Jesús.

Retalhuleu, busca a Jehová mientras puede ser hallado, clama a Él en tanto que está cercano. Deja tu camino de impiedad y tus pensamientos de iniquidad, ¡vuélvete a Jehová, Él tendrá misericordia y te perdonará! Bendigan a Jehová, retaltecos y no olviden ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas sus iniquidades, quien sana todas sus dolencias y rescata del hoyo su vida. Habitantes de Retalhuleu, escuchen, sus vidas son más valiosas que aquella oveja que cayó en un hoyo y a la que el Señor rescató. ¡Él los corona de favores y misericordias!

(3 Juan 2; Isaías 55:6-7; Salmos 103:3-4; Mateo 12:11)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Quiché

¿Quién como Tú, oh Dios, entre los dioses? ¿Quién como Tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Grande es el Señor y digno de suprema alabanza y de ser temido sobre todos los dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, más Jehová hizo los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay. Dijo, asimismo, Dios: “Hagamos al hombre a nuestra semejanza”, y lo hizo así, a su imagen creó Dios al hombre y a la mujer y nos bendijo. Vio además Dios a su creación y era bueno en gran manera; una vez los creó y los hizo poco menor que los ángeles, con conocimiento del Altísimo.

Vengan, quichelenses, aclamemos juntos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la Roca de nuestra salvación. Lleguemos ante Su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos. Porque Dios es Rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano está toda la tierra de Quiché, las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues Él lo hizo; Sus manos formaron la tierra seca. Adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque Él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Quiché, oye hoy su voz y no endurezcas tu corazón. Entiende que el universo fue constituido por la Palabra del Dios Altísimo, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Dios es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, por lo tanto, acérquense a Él, habitantes del Quiché. Bendecimos los municipios de este departamento, la Sierra de los Cuchumatanes y la Sierra de Chamá, sus montañas, ríos, lagunas, valles, barrancos. ¡Glorifícate en este territorio, Señor!

Oramos en el nombre de Jesús e intercedemos a favor de los quichelenses; clamamos que sea quitado de sobre sus ojos el “vaho que empañó sus ojos y los veló”; ¡sea rota toda venda de ceguera puesta como maldición sobre sus ojos, en el nombre de Jesús! Oramos que nadie los engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Padre de misericordias, oramos que tengas misericordia de los habitantes del Quiché y traigas vida eterna a esta población y que tengan vida pues en lugar de ofrecer sacrificios a dioses que no son Jehová, rinden su corazón y su alma al Señorío de Jesucristo presentando ofrendas de labios que alaban Su nombre. Reprendemos al espíritu inmundo de religiosidad que produce sincretismo en esta población. Lo atamos en el nombre de Jesús, y en su lugar oramos que sea predicado el evangelio sin adulteraciones, llena de denuedo, sabiduría, poder y autoridad al Cuerpo de Cristo en Quiché.

Los quichelenses no tienen excusa para vivir en idolatría, pues lo que de Dios se conoce es manifiesto por ti mismo, porque tus cosas invisibles, tu eterno poder y deidad, las has hecho claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas. Te pedimos perdón hoy, Señor, porque, habiendo conocido a Dios, nuestros antepasados no te glorificaron como a Dios, ni te dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Perdónanos, porque cambiamos la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Te pedimos, Señor, que no escondas tu rostro de nosotros a causa del mal que hemos hecho por habernos vuelto a dioses ajenos. ¡Escucha nuestro clamor, bendito Señor!

Hoy reconocemos que Tú eres el principio y el fin; tuya es toda bestia del bosque y los millares de animales en los collados. Tú conoces a todas las aves de los montes y todo lo que se mueve en los campos te pertenece. Bosques de Quiché, regocíjense y rebosen de contento delante del Señor, quien vino a juzgar la tierra con justicia y misericordia. Deshaz como una nube nuestras rebeliones y como niebla nuestros pecados, ¡gracias! Canten loores, oh cielos de Quiché, porque Dios nos redimió; griten con júbilo, profundidades de la tierra; montes prorrumpan en alabanza; alábele el bosque y todo árbol que en él está; porque Jehová nos redimió.

Ahora, en Quiché temerán solamente al Señor Todopoderoso y le servirán con integridad y en verdad; quitarán de entre su pueblo a los dioses a los cuales sirvieron sus padres. Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que solamente Jesús es Señor de Quiché. Amén.

(Éx. 15:11; 1 Cr. 16:25; He. 11:3; Gn. 1:26-27, 31; Sal. 95:1-8; Dt. 10:17; Col. 2:8; Éx. 22:20; Ro. 1:17-25; Dt. 31:18; Sal. 50:10-11;Sal. 96:12-13; Is. 44:22-23; 2 R. 17:33; Jos. 24:14)

Además:          Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.

Petén

Maravilloso Señor, gracias por el departamento de Petén. Bendecimos a cada uno de sus municipios, con sus montañas, praderas, ríos, lagos, lagunetas y a sus habitantes, en el nombre de Jesús.

Oramos por los habitantes de Petén, los ladinos, garífunas, mopanes, iitz’aes. Los bendecimos; clamamos que entre ellos se levanten hombres y mujeres que prediquen con denuedo la Palabra y haya entre ellos un avivamiento. Oramos por los q’eqchi’ e ixil que han migrado provenientes de Alta Verapaz y Quiché para que la unción y los cielos abiertos sobre Petén provoquen en ellos sed y hambre del Dios Vivo y al buscarte, te encuentren y se rindan con todo su corazón y con toda su mente a Jesús.

Estamos agradecidos contigo, Señor, por la fertilidad de su tierra, por la diversidad de cultivos que crecen en ese lugar, aunque sabemos que te entristece el que hemos utilizado esta tierra para sembrar plantas que traen destrucción y muerte, perdónanos por acarrear maldición para nuestra tierra al permitir el narcotráfico, el contrabando de maderas, animales exóticos y el mal uso de nuestros recursos. Perdónanos, Señor y sana el territorio de Petén. Oramos que hagas de los peteneros personas muy sabias, entendidas en los tiempos, prudentes, hombres y mujeres visionarios.

Padre, que así como antes este territorio fue conocido por su sabiduría humana, ahora te pedimos que traigas la redención a Petén y les hagas un pueblo verdaderamente sabio y diestro en el uso de la Palabra, de las armas espirituales que has dejado para tus hijos en la Palabra. Oramos que los peteneros son conocidos internacionalmente por moverse bajo la mano poderosa de Dios y que, cada vez que predican la Palabra, Tú obras milagros, sanidades, prodigios y señales que sólo te dan la gloria a ti, bendito Señor. Ya no tendrán que ir con curanderos, o brujos o espiritistas o “niñeros” o “compone huesos o talladores”, porque Jehová-rafa, el Sanador, será quien obre en esta tierra.

Abre puertas comerciales, ministeriales, educativas, sociales, pero sobretodo las puertas sobrenaturales a los peteneros. Señor, desciende sobre este territorio y haz tu buena obra en medio de los tiempos. Gracias por hacer de ellos hábiles artesanos en todo tipo de trabajo manual (cestería, orfebrería, ebanistería, platería).

Consolador, precioso Espíritu Santo, pedimos que desciendas con óleo de alegría sobre Petén y lo derrames sobre el corazón de sus habitantes; trae sanidad y restauración a sus corazones. Oramos que concedas a los habitantes de Petén la oportunidad de ponerse a cuentas contigo y te inviten a morar en sus corazones como Señor y Salvador de su vida. Padre, echamos fuera toda tristeza y rechazo, todo sentimiento de abandono y de falta de identidad. Perdona a las autoridades que desde siempre han relegado a Petén en sus planes de infraestructura, desarrollo, salud y educación. Perdónanos a todos los guatemaltecos porque no hemos salido a suplir la necesidad de nuestros conciudadanos y a causa del abandono han muerto muchas personas innecesariamente. Perdónanos, Señor.

Señor, entendemos que a causa de la idolatría y derramamiento de sangre realizado en esa tierra por los antepasados y aún actualmente, la tierra tiene maldición. Hoy atamos a los espíritus inmundos, nahuales, kitanes y demonios que por muchos años han tenido derecho legal de gobernar, sojuzgar y oprimir a los peteneros. Los atamos y los echamos fuera, en el nombre de Jesús. Oramos que el Espíritu Santo sopla vida sobre Petén y establece su Señorío. La Sangre de Cristo ha hecho provisión más que suficiente para que sus habitantes puedan disfrutar de una vida de victoria y libertad en Cristo. ¡Jesús es Señor de Petén! Amén.

(Dn. 2:21; He. 2:4; Éx. 15:26; Is. 53:5; Ap. 3:7; Is. 61:3)

Además: Oremos por sus autoridades, por el Cuerpo de Cristo.