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Por el crecimiento de nuestra congregación

Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, tu verdad también la celebraremos en la congregación de los santos. Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Jehová nuestro Dios es Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.

Es por tu fidelidad que no se ha acortado tu mano para salvar, ni se ha agravado tu oído para oír nuestro clamor por la salvación de los guatemaltecos. Proclamamos de día en día tu salvación, confiando que tú añades cada día a la Iglesia los que han de ser salvos. Durante años hemos orado por una cosecha abundante, por vidas que sean transformadas y añadidas a nuestra congregación. Te pedimos que te apresures a poner por obra tu palabra en medio de nosotros. ¡Acuérdate de nosotros según tu benevolencia y visítanos con tu salvación! Proclamamos de día en día tu salvación y confiamos en tu misericordia. Cantaremos a Jehová porque nos ha hecho bien.

No sólo te pedimos crecimiento numérico para la iglesia, sino un crecimiento integral en la vida de cada uno. Ayúdanos a vivir siendo transformados por la renovación de nuestro entendimiento a fin de madurar y crecer en la vida espiritual. Ayúdanos a todos en la iglesia a estar determinados a prevalecer contigo a través de las tormentas de la vida; que las consideremos como oportunidades para crecer. No permitas que los nuevos creyentes se lamenten ni se desanimen por la batalla espiritual a la que ahora se enfrentan; antes bien, ayúdanos a cuidarlos y a respaldarlos en oración.

Oramos que el aumento en la congregación se da simultáneamente con una creciente relación contigo al oír atentamente tu Palabra para meditar en ella y absorberla, al aprender de las bendiciones y responsabilidades que nos confías. Creceremos en nuestra relación al guardar tus mandamientos, poniéndolos en práctica constantemente en nuestras vidas.

Confesamos que todos los creyentes en nuestra iglesia somos como árboles plantados junto a las aguas, que junto a la corriente echamos raíces profundas, y así, aunque vengan adversidades, no dejamos de dar fruto.

Haznos crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, para que sean afirmados nuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre. En el nombre de aquel que quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la Verdad, en el glorioso nombre de Jesús, amén.

(Salmos 89:56; Deuteronomio 7:9; Isaías 59:1; Hechos 2:47; Salmos 106:4; 13:6; Romanos 12:2; Jeremías 17:8; 1 Tesalonicenses 3:12-13; 1 Timoteo 2:4)